Escribirla en pasado duele

Salir a las 2:35 a.m de su casa,
descalza y con el cabello hecho un desastre
sólo para bailar su canción favorita 
en una carretera vacía y sin autos,
era una locura.
Pero así era ella
estaba loca
y era preciosa.
Tenía una sonrisa enorme
y eso que no tenía muchos motivos para sonreír,
se olvidaba de los semáforos en rojo
y se lanzaba al tráfico de sus sentimientos
sin miedo a morir en el intento.
“Tienes que vivir y ser vida” me decía
pero yo era muy pequeña para entenderlo,
sin embargo, 
ahora me doy cuenta de todo,
de ella, 
de la vida.
Me enseñó a luchar 
y hoy ya no me intimido ante cualquier batalla,
me hizo una guerrera
con pluma y criterio como armas.
Me enseñó a disfrutar, a aferrarme
y a saber soltar.
A amar, a reír, a saltar,
a escribir en la luna...
Por supuesto que era vida,
incluso resurrección.
Mirarla era vivir y padecerla era maravilloso.
Efímera y dinamita,
explosiva y arrebatadora,
así era ella.
Lo único que me duele de todo esto
es no poder escribir un «Es» en lugar de «Era».

— María Celeste R.

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