Las miradas te salvan o te destruyen

Soy de las personas que cree en el poder de las miradas. Él podía darme todo su amor en una sola y le seguía una sonrisa que podría romperme hasta cuatro veces al día.
A veces me miraba como si quisiera poseerme y supiera exactamente cómo hacerlo, anclándose a mis puntos débiles, me miraba como si en mí pudiera afirmar su esperanza.
Otras, me desnudaba con sólo mirar hacia mí y, aunque apuntaba hacia mis ojos, el tiro daba directo a mi pecho. La estela de su mirada se quedaba incrustada en mis fisuras. El muy maldito sabía cómo desarmarme, armarme, repararme, sabía hacerme polvo y rehacerme del mismo.
Llegamos a un punto en el que dejó de verme como si fuera la dueña de la luz y comenzó a escrutarme en cada parpadeo, esta vez su disparo fue letal.
Me di cuenta que con tan solo me mirase podría resucitar tantas veces como quisiera o desmoronarme en un tiempo récord.
Fue entonces cuando entendí que hay miradas que te salvan o te destruyen.
Yo elegí ambas en una misma persona, he ahí la razón de mi destrucción.


— María Celeste R.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Piezas perdidas

Te quiero