El sol cura ausencias

Confieso que tengo una manía muy mala. Cuando me da nostalgia por ausencias me reconforta bastante estar en un lugar en el que me exponga al sol, es mucho mejor si me da directamente en la espalda o los brazos.
Varias personas personas me han dicho que es malo estar en contacto con el sol de esa forma pero yo creo que es más malo pensar en todas las formas de morir cuando te encuentras tan vulnerable.
No creas que yo sólo pienso en morir, no. Pienso en demasiadas cosas, en mis miedos, en mis sueños, en el pasado, en preguntas que pocos se harían...
Muchos se viajan con sustancias nocivas, otros se mueren, muchos más se deprimen; mi forma de «solucionarme» es el sol y escribir.
Piensa en esto:
Estás asfixiándote con tu tristeza, te vuelves un cúmulo de recuerdos y ”hubieras“, te sientas bajo el sol, te quemas, explotas y en el aire se quedan todos tus pedazos dañados, dejando vivo tu espíritu y una oportunidad de comenzar. Quizá suene absurdo pero últimamente ese es mi único consuelo, exponerme al sol, deshacerme de aquello que me consume y renacer.
El ser humano cambia constantemente, y a mí se me acaban las ideas para sobrevivir a tantos ciclos. Me siento a punto de caer de una terraza con balcón, de éste me aferro y (creo que puedo prometerlo) no me suelto.


— María Celeste R.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Piezas perdidas

Te quiero