S U P E R V I V E N C I A

Me quedé con ganas de decirte tantas cosas.

Por ejemplo, que irme fue lo más valiente que hice por los dos, que quedarme hubiera supuesto mi propia destrucción, dolía saber que era más usual llorar por ti que reír contigo.

Que he estado cosiéndome las heridas por un largo tiempo y me he pinchado los dedos una y otra vez, pero al final me he vuelto buena en eso y apenas ha quedado cicatriz.

Me quedé con muchas palabras atoradas entre el pecho y la garganta.

Por ejemplo, que retenerme hubiera sido peor que soltarme. Que yo, que nunca he sido de riesgos me enamoré de ti, tan parecido a una bomba que estallaría inevitablemente y yo ya no podía permitirme estar cerca de tal desastre.

Tú pensaste que quizá no te quería tanto, que era cobarde, egoísta.

Amor, yo le llamo supervivencia.

- María Celeste R.